¿En qué pensás cuando te imaginás a una persona mayor? ¿Alguna vez asumiste que las personas mayores no tienen sexo? ¿Sabías que esto puede influir en el cuidado de su salud sexual? Te invitamos a abordar este tema y, lo más importante, ¡a desarmar un montón de prejuicios!
¿Escuchaste hablar de viejismo?
Es la combinación de prejuicios y estereotipos negativos sobre la vejez, que conduce a prácticas discriminatorias en base a la edad y tiene efectos concretos en la salud sexual de las personas mayores.
¿Alguna vez te encontraste diciendo “Ay, soy una señora” cuando no podías resolver algo tecnológico? ¿O alguna vez dijiste “Uy, soy un abuelo” porque no querías ir a una fiesta un sábado a la noche? Bueno, esas expresiones son viejismo.
¿Por qué el viejismo afecta la salud sexual de las personas mayores?
Asumir que las personas mayores no son sexualmente activas, nos pueden hacer perder la oportunidad (tanto como consultantes, como profesionales de la salud) de poder conversar sobre otras temáticas que hacen a la sexualidad como: el placer, el consentimiento, la intimidad y el cuidado y, en este sentido, de poder compartir información sobre prevención y testeo de infecciones de transmisión sexual como el VIH.
Tanto el VIH como otras infecciones de transmisión sexual no distinguen ni género, ni nacionalidad, ni condición socioeconómica ni orientación sexual. Por eso es clave recomendar el uso de preservativo en toda relación sexual y en cualquier edad.
¿Qué pasa con las personas mayores y la prevención del VIH?
Muchas veces el abordaje de la salud de las personas mayores se focaliza únicamente en el colesterol, la presión arterial y otras afecciones de la salud y no se tiene en cuenta el testeo de infecciones de transmisión sexual como el VIH.
Para conocer más sobre este tema, en Fundación Huésped realizamos una investigación. Entrevistamos a 105 personas mayores de la Ciudad de Buenos Aires y elaboramos el informe “Sexo maduro. Sexo seguro.” que aborda la sexualidad en esta población.
Observando los resultados llegamos a la conclusión de que, a pesar de que el 38% de quienes contestaron la encuesta tienen una vida sexual activa, el 66% nunca se hizo el test de VIH y el 35% nunca usó preservativo. Además, el 43% manifestó no tener oportunidad de hablar sobre salud sexual en la consulta médica.
¿Y por qué pasa esto? Porque incluso en la consulta médica muchas veces se asume que las personas mayores no son sexualmente activas. Por eso, la pregunta de “¿Cuándo fue tu última relación sexual?” no suele aparecer. Esto es un problema porque se desatienden muchas cuestiones que tienen que ver con el testeo de VIH por ejemplo o de otras infecciones de transmisión sexual. Todas las personas tienen derecho a una salud sexual integral. El testeo de VIH es voluntario, confidencial y gratuito y es la única manera de saber si la persona tiene o no tiene la infección. Por eso es importante hablar y ofrecer el testeo durante las consultas.
La sexualidad, el disfrute y la exploración no tienen edad y nos acompañan a lo largo de toda la vida. No se pierden con los años, sino que se expresan de manera diferente. Por eso, es importante que también dentro del sistema de salud se puedan romper los prejuicios e incorporar la dimensión de la sexualidad en las consultas.