Tan Lejos, Tan Cerca

Editorial abierta del Dr. Pedro Cahn, Presidente de Fundación Huésped por el Día Mundial del Sida

Dr. Pedro CahnEl 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida. Como nunca antes en la corta historia de la epidemia, estamos en condiciones de controlarla en los próximos diez o quince años. Pero no nos engañemos: hoy, en 2014, el VIH/sida no es cosa del pasado, como a veces se supone erróneamente. Mientras el ébola copó la atención de los medios de comunicación (y está muy bien que así sea porque no hay mejor manera de frenar una pandemia que antes de que llegue a ser tal), hay quienes creen  que el VIH/sida “ya fue”. Y sin embargo este año habrán muerto menos de 20 mil personas a causa del ébola y más de 1,5 millones a causa del sida.

Conocemos de qué manera se transmite el VIH y cómo prevenirlo. Conocemos los beneficios de iniciar el tratamiento antiviral apenas conocida la infección. Sabemos que el tratamiento no sólo es beneficioso para quien lo toma, sino también para la comunidad: una persona con VIH en tratamiento tiene un 96% menos de posibilidades de infectar a su pareja sexual que si no lo tomara. Mientras tanto, durante este día, y ayer, y mañana, y pasado, y así cada día, más de 5500 personas contraerán el VIH en el mundo. Y mientras tanto, durante este día, y ayer, y mañana, y pasado, morirán más de 4000 personas a causa del sida.

Es por ello que el Programa Conjunto de Naciones Unidas para el Sida (ONUSIDA) lanzó la iniciativa 90-90-90: lograr para el 2020 que el 90% de quienes viven con el virus lo sepa (hoy solo lo sabe la mitad), que el 90% de ellos esté bajo tratamiento (hoy es algo menos del 40%) y que el 90% de quienes están en tratamiento tengan la carga viral indetectable. Esta estrategia permitiría evitar 21 millones de muertes y prevenir 28 millones de nuevas infecciones para 2030.

Argentina se acaba de sumar al  grupo de países que propone “testear y tratar”: facilitar y promover el testeo voluntario  y ofrecer tratamiento a todos aquellos cuyo test sea  positivo, independientemente de su estado inmunológico. Celebramos esta decisión del Ministerio de Salud de la Nación ya que sólo así podremos torcer el crecimiento estable que observamos año a año. En nuestro país, cada año contraen VIH más de 5.000 personas. El 30 por ciento de ellos lo sabrán de forma tardía. Es decir, cuando su sistema de defensas ya esté debilitado y permite la aparición de alguna enfermedad oportunista. También cada año mueren aproximadamente 1500 personas por enfermedades vinculadas al sida en nuestro país, a pesar de que el tratamiento es  gratuito , sea provisto por el Estado, las obras sociales o las prepagas. De las 110 mil personas que, se estima, viven con VIH en Argentina, un 30% de ellos desconoce su situación. Por eso es fundamental redoblar los esfuerzos para facilitar y acercar el testeo. Porque cuando hablamos de estos casos, hablamos de Juan, de Pedro, de María; de hombres que podrían no infectarse, de mujeres que podrían no enfermarse, de chicos que podrían no morirse.

En este 2014 Fundación Huésped cumple 25 años de trabajo. Estos 25 años han sido intensos y plenos de avances. Frente a la inacción de un Estado entonces ausente y lento en sus respuestas, la fundación era una de las escasas voces en lo que parecía una lucha contra la imposibilidad. Contra una enfermedad en su momento desconocida que, si bien puede controlarse, aún  no tiene cura. Contra las problemáticas asociadas que hacen del VIH una lente de aumento de las desigualdades existentes. Contra la falta de respuestas. Contra la falta de educación. Contra los prejuicios.Muchas cosas cambiaron en estos 25 años. Muchas imposibilidades se convirtieron en posibilidades. Pero, como decíamos, la respuesta a la epidemia tiene que confrontar nuevos desafíos, además del propio virus. Si bien hemos avanzado muchísimo, el estigma y la discriminación parecen estar latentes esperando cualquier mecha apenas encendida para hacer de ello un incendio  que luego es difícil de controlar.

Por eso, 25 años después, en Fundación Huésped seguimos trabajando para que el testeo de VIH sea más fácilmente accesible, para que la prevención del VIH llegue a todos, para que los tratamientos sean más sencillos y menos tóxicos, para que los derechos de las personas con VIH estén  garantizados, para que la epidemia del VIH llegue a su fin. Porque, con el compromiso de todos, hoy podemos realmente pensar en terminar con la epidemia. Es hora de actuar. Nuestra demora en hacerlo se traduce en sufrimientos innecesarios para quienes viven con el virus y en vidas perdidas para la sociedad. Estamos tan lejos o tan cerca. Depende de nosotros.

 

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