Se reafirma el compromiso de los Estados para poner fin al VIH en 2030


Concluyó la Reunión de Alto Nivel sobre el VIH / SIDA en el marco de Naciones Unidas, que se llevó a cabo del 8 al 10 de junio en un formato virtual, y se adoptó por consenso una nueva Declaración Política que reafirma el compromiso de los Estados para poner fin al sida para el año 2030. Kurt Frieder, Presidente de Fundación Huésped, participó junto con las autoridades del Ministerio de Salud de la Delegación Virtual y otros representantes de la sociedad civil.

La Reunión de Alto Nivel sobre VIH/SIDA es un encuentro que tiene lugar cada cinco años en la que los Estados dialogan sobre la situación del VIH a nivel global con dos objetivos: evaluar el cumplimiento de los compromisos asumidos en la declaración anterior y el avance de la estrategia global de respuesta, y consensuar los avances en la implementación de la estrategia global para terminar con la epidemia de acuerdo a los compromisos establecidos en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sustentables (ODS).

La nueva Declaración adoptada en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas señala con preocupación que “la comunidad internacional no haya cumplido con los objetivos de 2020 establecidos en la Declaración Política sobre el VIH y el SIDA de 2016” y el fracaso de las medidas efectivamente implementadas en los últimos cinco años a pesar de reconocer que “tenemos los conocimientos y las herramientas para prevenir cada nueva infección por el VIH y cada muerte relacionada con el SIDA”.

Luego de un arduo debate reconociendo que terminar con las desigualdades está en el centro de la respuesta global al VIH, se acordó un nuevo hito en el camino hacia el final de la epidemia para el año 2025. Reducir las nuevas infecciones de VIH, las muertes relacionadas con el SIDA, eliminar las nuevas infecciones por el VIH entre  niñas y niños, y facilitar el acceso a tratamiento a quienes aún no acceden. Para lograrlo se establece como meta, que el 95% de las personas que se encuentran en especial riesgo de contraer VIH -como las personas LGBT+, los HSH, trabajadoras y trabajadores sexuales, personas que consumen drogas, persona trans y personas privadas de su libertad y poblaciones migrantes- accedan a medidas de prevención combinada eficaces y centradas en las personas; que el 95% de las personas con VIH conozca su diagnóstico y de ellas el 95% acceda al tratamiento en condiciones que les permitan alcanzar niveles indetectables del virus para el año 2025.

Este documento pone en el centro del debate la inequidad y reconoce la importancia de la reducción de las desigualdades como un elemento clave para disminuir la discriminación y el estigma y avanzar en el control de  la pandemia del VIH. A pesar de este consenso, las intensas discusiones entre los Estados que precedieron la firma de la Declaración Política, tanto sobre la denominación de la pandemia del VIH como tal, o el uso de eufemismos como epidemia global; garantizar los derechos sexuales y reproductivos en condiciones de igualdad, y especialmente para personas jóvenes y adolescentes; y el modo en que se incorporan las salvaguardas de las soberanías nacionales, dan cuenta que el trabajo de las organizaciones y activistas comprometidos con la erradicación del VIH en los próximos años será arduo.

Nos encontramos frente a una nueva oportunidad para lograr aquello que sabemos que es posible: controlar el VIH y terminar con la epidemia. Esta nueva declaración política de los Estados no es perfecta pero nos ofrece una herramienta para el trabajo local, regional y global, impulsando medidas de prevención y tratamiento adecuadas para lograr cumplir con el compromiso asumido.

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