La inclusión en el calendario nacional de vacunación de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH, o HPV por sus siglas en inglés) para varones de 11 años resulta una buena noticia para la salud tanto de varones como de mujeres ya que contribuirá a la disminución de los casos de cáncer cérvico-uterino en la mujer y del contagio de otras enfermedades asociadas al virus en varones, como cáncer de pene, ano, boca o verrugas genitales.
El Virus del Papiloma Humano es una familia de virus que afectan la piel, la boca y la zona genital y/o anal. Los VPH denominados «de alto riesgo» pueden generar lesiones precancerosas que pueden evolucionar en cáncer, el más común de los cuales es el de cuello uterino. El VPH genital se transmite de una persona a otra, mediante el contacto piel a piel en las relaciones sexuales.
A pesar de ser prevenible, cada año mueren en Argentina 1900 mujeres por cáncer cérvico-uterino. Ésto afecta principalmente a mujeres pobres, con bajo nivel educativo y cuya cobertura de salud es el sistema público. Muchas de ellas no saben que existe una prueba para detectarlo y/o tienen dificultades de acceso al sistema de salud. Las dificultades en el acceso a los turnos para biopsia y tratamiento, la demora en la entrega de los resultados y la postergación en la realización de intervenciones quirúrgicas son obstáculos al momento de sostener la atención por lesiones precancerosas de estas mujeres.
Por su parte, los casos de cáncer de ano y de boca y garganta están en aumento y -al contrario de lo que ocurre con el cáncer del cuello uterino- no hay pruebas para detectarlos, por lo que se los identifica en una etapa más avanzada, cuando es más difícil tratarlos. Por estos motivos, la vacuna resulta un componente eficaz dentro de un abordaje integral para el control y la prevención del VPH.
En octubre de 2011, se incorporó al calendario de vacunación la obligatoriedad de la vacuna contra el VPH para todas las niñas al momento de cumplir los 11 años de edad. También se indica la vacuna a todas las personas (varones y mujeres) con VIH o con trasplantes de órganos de entre 11 y 26 años. Este año se incorporó también la vacunación de varones a los 11 años, que no sólo tendría impacto indirecto al disminuir la prevalencia de circulación del virus -con la consecuente disminución de la enfermedad en la mujer-, sino que también evitaría el contagio de enfermedades asociadas al virus.
Diversas experiencias mundiales muestran reducciones de hasta un 90% en las poblaciones vacunadas en verrugas y en las tasas de infección por VPH asociados al cáncer. A la fecha la OMS ha evaluado la seguridad en más de 200 millones de dosis aplicadas en el mundo sin un riesgo especialmente alto de complicaciones. Como con todas las vacunas, en ocasiones pueden presentarse reacciones adversas, que se han calculado de 1 cada 100.000 casos. En Argentina la vigilancia pasiva de ESAVI (eventos supuestamente atribuibles a la vacunación e inmunización) con más de 2.000.000 de dosis aplicadas de vacuna contra VPH desde su incorporación, cuenta con 208 ESAVI notificados (el 0.01%). De ellos, el 96% fueron leves y moderados, con solo 8 (el 0,0004% del total de las dosis aplicadas) eventos graves (rash, síncopes vasovagales y broncoespasmo) con recuperación sin secuelas en todos los casos.