Terapia hormonal cruzada:
Es una forma de adecuar el cuerpo a la identidad y género autopercibidos (desarrollando rasgos femeninos o masculinos según se desee y suprimiendo los del sexo asignado al nacer) mediante la administración de hormonas. Hay varias formas de llamarlos: tratamientos o terapias hormonales, hormonización o terapia hormonal cruzada.
¿Qué son las hormonas? ¿Y las hormonas sexuales?
Son sustancias que produce el cuerpo y que funcionan como mensajeros para controlar diferentes funciones. Existen muchos tipos de hormonas y cada una cumple un rol distinto. Las hormonas sexuales (estrógenos, progestágenos y andrógenos) diferencian los caracteres sexuales de las personas y se encargan de regular el ciclo reproductivo. Si bien todas las hormonas sexuales están presentes en todas las personas, su concentración es diferente en mujeres y en varones. Por ello se habla de “hormonas femeninas” y “hormonas masculinas”.
Las hormonas sexuales femeninas son producidas por los ovarios. Las más importantes son el estradiol (estrógeno) y la progesterona (progestágeno). Las hormonas sexuales masculinas son producidas por los testículos. La más importante es la testosterona (andrógeno).
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¿Qué es la terapia hormonal cruzada?
Es una forma de adecuar el cuerpo a la identidad y género autopercibidos (desarrollando rasgos femeninos o masculinos según se desee y suprimiendo los del sexo asignado al nacer) mediante la administración de hormonas. Hay varias formas de llamarlos: tratamientos o terapias hormonales, hormonización o terapia hormonal cruzada.
Para las personas que quieren feminizar su cuerpo se administran hormonas femeninas (estradiol) y bloqueadores de las hormonas masculinas (espironolactona y acetato de ciproterona). Mientras que para las personas que desean masculinizar su cuerpo se utilizan hormonas masculinas (testosterona).
Existen diferentes combinaciones de fármacos y formas de administrarlos. Todo depende del deseo de cambio de la persona, de su edad y de sus condiciones de salud. Se pueden administrar por vía oral, sublingual (se coloca bajo la lengua y se disuelve sola), transdermal (parches o gel), inyectable (intramuscular) o a través de un implante subcutáneo (por debajo de la piel). Sin embargo, en nuestro país, solo se encuentran disponibles la vía oral y transdermal (gel) para el tratamiento con estrógenos y la vía inyectable y el gel para el tratamiento con testosterona.
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¿Quiénes pueden optar por la hormonización?
Todas las personas que lo deseen tienen derecho a acceder, aunque con variantes según la edad. Las personas mayores de 16 años (de acuerdo al Código Civil) deberán acceder a tratamientos integrales hormonales sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa.
Quienes no han cumplido 16 años deberán contar con la conformidad de sus representantes legales. Si no la obtienen, pueden recurrir –con la asistencia de un abogado del niño que represente sus intereses y su autonomía– a la intervención de la autoridad judicial competente.
Sin importar la edad, quienes quieran hacer un tratamiento de hormonización deben prestar su conformidad expresa a través de un consentimiento informado.
Cuestiones de salud
- La única contraindicación para realizar una terapia hormonal cruzada es tener cáncer sensible al estrógeno o la testosterona. Sin embargo, existen algunas condiciones de salud (obesidad, dislipemia, enfermedad hepática, epilepsia, embarazo, insuficiencia cardíaca y otras más) que imponen determinadas precauciones o limitaciones a los tratamientos hormonales.
- No existe un límite máximo de edad establecido para la terapia hormonal.
- No existen estudios sobre los efectos a largo plazo de los tratamientos de hormonización que puedan aportar evidencia sólida sobre las posibles complicaciones del tratamiento.
- Antes de someterse a una cirugía mayor, o en situaciones de movilidad reducida por tiempo prolongado, es importante suspender temporalmente la terapia de hormonización con estrógenos por el riesgo de trombosis.
- Las personas que toman medicamentos antirretrovirales pueden recurrir a la hormonización, aunque se deben tener en cuenta algunas posibles interacciones.
- Las personas que consumen drogas y alcohol deben compartir esta información con su médico a la hora de encarar una terapia de hormonización.
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¿Dónde se pueden realizar los tratamientos de hormonización?
Siempre en los hospitales y centros de salud (públicos o privados). Es fundamental ir al médico para elegir el mejor tratamiento para cada persona. Para ello, mediante diversos análisis y entrevistas, el profesional evaluará el estado de salud actual, previo, los antecedentes familiares, etc. También considerará la interacción con otros medicamentos (antibióticos, antidepresivos, antirretrovirales, etc.) para elegir el mejor tratamiento.
Además, el o los profesionales de salud harán un seguimiento, con controles regulares, al mes, a los tres y seis meses, y luego cada seis y doce meses. Así se evalúa el tratamiento y la salud general y, si es necesario, se proponen cambios en las dosis y formas de administración.
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¿Por qué no automedicarse?
La automedicación aumenta el riesgo de complicaciones y efectos adversos. Para las mujeres trans, la automedicación con altas dosis de anticonceptivos orales o inyectables conlleva un gran aumento de efectos adversos como trombosis venosa, aumento de la prolactina, alteraciones en el colesterol y cáncer de mama. Esto es por el etinilestradiol, además de los niveles muy elevados de estrógenos en el cuerpo.
Es importante destacar que mayores niveles en sangre de estrógenos no están relacionados a mayor cantidad de cambios y que los progestágenos (hormonas que se encuentran en los anticonceptivos) también podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama y trombosis y no tienen ningún efecto positivo en el crecimiento mamario.
En los varones trans, las altas dosis de testosterona aumentan el riesgo de poliglobulia (aumento del hematocrito) y alteraciones en el hígado.
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¿Qué implica comenzar un tratamiento de hormonización?
Por un lado, atravesar un proceso médico, que se manifiesta a través de diferentes síntomas y por el que el cuerpo va cambiando. Si bien las hormonas suelen producir los efectos deseados, también tienen efectos adversos.
Por otro lado, comenzar a adecuar el cuerpo al nuevo género visibiliza aún más a la persona. Así pueden generarse desafíos y nuevas situaciones con la propia familia, la escuela, la pareja, el lugar de trabajo, etc. Además, en algunos casos, los tratamientos hormonales provocan cambios emocionales (euforia, sensibilidad, etc.). Por eso, acompañar la hormonización con atención social o psicológica puede resultar de gran ayuda.
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Tiempos y resultados
La terapia con hormonas es un tratamiento progresivo. Sus resultados dependen de muchos factores, como la edad, la genética familiar y las características físicas. A veces, no es suficiente para obtener los cambios deseados. La altura y rasgos faciales, además, no se modifican con las hormonas.
Dependiendo del cuerpo de cada persona, algunos cambios comienzan a apreciarse en los primeros tres meses y otros llevan dos o tres años. Algunos cambios son irreversibles (como el crecimiento de las mamas o el aumento de vello en el cuerpo) y otros revierten con la suspensión del tratamiento.
Por otro lado, algunas personas desean adoptar rasgos clásicamente femeninos o masculinos y otras, en cambio, prefieren hacer disminuir los rasgos presentes de su sexo de nacimiento para verse de manera más andrógina.
En los primeros 3 meses, las mujeres trans pueden observar disminución del deseo sexual y de las erecciones espontáneas, una leve disminución del tamaño de los testículos, aumento del tamaño y sensibilidad en las mamas, redistribución de la grasa corporal (menos en el abdomen y más en la cadera), disminución de la masa muscular, piel más suave y menos grasa. Entre los 6 y 12 meses de tratamiento se comienza a observar una disminución del grosor del vello corporal. Todos estos cambios llegan a su máxima expresión entre el año y los 3 años de tratamiento. El crecimiento mamario es máximo recién a los 2 años de iniciada la terapia hormonal y es el único cambio irreversible.
Los varones trans, en los primeros 3 meses, experimentan redistribución de la grasa corporal (menos en las caderas y más en el abdomen), piel grasa y acné, aumento en el tamaño y molestias en el clítoris, atrofia y sequedad vaginal. Luego de los 6 meses de tratamiento comienza el crecimiento del vello del cuerpo, aumento de la masa muscular, cambios en la voz y, en algunos individuos, caída de cabello. La menstruación puede tardar en desaparecer entre 3 meses y un año y tanto el crecimiento del vello en el cuerpo como los cambios en la voz llegan a su punto máximo entre los 2 y 3 años de tratamiento. Los cambios irreversibles de la testosterona son el crecimiento del vello en el cuerpo, el aumento de tamaño del clítoris, los cambios en la voz y la calvicie.
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Fertilidad
El uso de hormonas por tiempo prolongado podría reducir la fertilidad incluso si se interrumpe el tratamiento. Sin embargo, esto no puede considerarse un método anticonceptivo. Las mujeres trans que reciben hormonas femeninas pueden aún ser fértiles y deben usar preservativo o tomar otras medidas seguras para evitar embarazos. Y los varones trans pueden concebir y gestar a pesar de recibir testosterona, por lo que deben recurrir a un método anticonceptivo para evitar un embarazo.
Por otro lado, si las personas desean tener hijos, es importante que tomen decisiones sobre su fertilidad antes de iniciar los tratamientos de hormonización. Por ejemplo, los varones trans pueden optar por preservar sus óvulos antes de iniciar el tratamiento y las mujeres trans sus espermatozoides. Sin embargo, también es posible hacer un tratamiento de fertilidad y lograr el embarazo suspendiendo la hormonización durante algunos meses.
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¿Cuáles son los efectos adversos del tratamiento hormonal?
Efectos adversos de los estrógenos y los anti-andrógenos (no necesariamente tienen efectos adversos. Por eso es importante el control médico y no automedicarse).
A corto plazo, no suele haber efectos adversos graves. Los más frecuentes suelen ser aumento de peso, disminución del deseo sexual, cambios en el estado de ánimo (mayor emotividad), dolor en las mamas, dolor de cabeza, sofocos.
A largo plazo, puede observarse la aparición de várices, trombosis venosa, aumento de los niveles de colesterol, aumento de la prolactina, aparición de enfermedad cardiovascular (ACV, infartos) e infertilidad. También es importante el control para prevenir el cáncer de mama y de próstata.
Efectos adversos de la testosterona (no necesariamente tienen efectos adversos. Por eso es importante el control médico y no automedicarse).
El tratamiento con testosterona demostró ser seguro tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, los efectos adversos suelen ser leves. Los más frecuentes son el aumento de peso, la inestabilidad en la voz, aumento del deseo sexual, fluctuaciones emocionales (mayor agresividad) o disminución de las emociones, dolor en el clítoris y acné.
A largo plazo puede existir mayor riesgo de desarrollar diabetes, alteraciones en el hígado (aunque es raro), alteraciones en los niveles de colesterol, aumento del hematocrito, empeoramiento de la apnea del sueño, ovarios poliquísticos y disminución de la fertilidad. Es importante continuar los controles para el cáncer de mama (aún luego de la mastectomía), ovarios y endometrio.
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