Estudio de Fund. Huésped muestra alto nivel de desconocimiento sobre hepatitis en Argentina

 

Con motivo del Día Mundial de las Hepatitis que se conmemora el 28 de julio, Fundación Huésped presenta los resultados de un estudio exploratorio que se realizó con el objetivo de evaluar los conocimientos, percepciones y creencias sobre hepatitis virales A, B y C en población general y en los profesionales de la salud. Cada año 1.4 millones de personas mueren a causa de las hepatitis en el mundo y 520 millones conviven con el virus. La mayor parte de las personas con hepatitis B y C desconocen su situación. En Argentina, se estima que entre el 1 y el 2% de la población podría estar infectada con hepatitis B o C.

Para la realización del estudio se utilizó un cuestionario estructurado online y se obtuvo una muestra por conveniencia de 937 personas mayores de 18 años, quienes completaron la encuesta de forma voluntaria y anónima. El nivel educativo de la muestra fue alto: el 73,1% de las personas que no pertenece al ámbito de la salud ha alcanzado un nivel terciario completo o superior, y este porcentaje asciende al 89,6% entre el personal de salud.

Los datos nacionales señalan que el 2% de la población podría estar infectada con hepatitis C, alrededor del 1% con hepatitis B y solo el 0,4% tendría VIH. Sin embargo, cuando se preguntó si creen que hay más personas infectadas con VIH, hepatitis B o hepatitis C, en población general la respuesta más frecuente fue “no sabe/no contesta” con un 35%. Sin embargo, entre quienes dieron otra respuesta existe la creencia de que hay más personas infectadas con VIH (27,8%) que con hepatitis B (24,5%) y hepatitis C (12,7%).

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En términos generales se observa falta de información o confusión con relación a las vías de transmisión de las hepatitis virales tanto en personal de salud como en población general, aunque siempre las personas que trabajan en el ámbito de la salud mostraron mejores conocimientos. La hepatitis A se transmite por contacto con la materia fecal y los alimentos y/o agua contaminados, entre otras, pero el 50% de la población general y un 30% del personal de salud lo desconocen.

Con relación a la hepatitis B, la mayor parte de la muestra reconoce correctamente a los fluidos genitales (66%) y la sangre (72,2%) como vías de transmisión. En el caso particular del embarazo y parto no controlado, esta vía es mencionada correctamente por el 64,9% del personal de salud, mientras que sólo por el 45% de la población general. Cabe destacar que 1 de cada 10 personas cree erróneamente que la hepatitis B puede transmitirse a través de un beso o por compartir el mate.

En cuanto a las vías de transmisión de la hepatitis C, la mayoría de las personas (entre 83% y 70% para el personal de salud y entre el 64% y 50% para la población general) identifica correctamente como vía de transmisión la sangre y los elementos corto-punzantes no esterilizados. Existe un porcentaje menor en la identificación del embarazo y parto no controlado como vía de transmisión en ambas poblaciones (58,3% en personal de salud y 43,3% en población general).

 

La mayoría sabe que existen vacunas para la hepatitis A y B: 85,3% entre el personal de salud y 64,3% en población general. De estos últimos, el 23,2% responde erróneamente que existen vacunas para la hepatitis C. Entre los encuestados, el porcentaje que reconoce haberse vacunado contra la hepatitis A es del 43,4% y aproximadamente un 20% de la población general refirió no saber si lo había hecho. Mientras toda la población debería estar vacunada para la hepatitis B, el porcentaje de encuestados que refiere haberlo hecho es del 78,8% entre el personal de salud y del 53,7% en población general.

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Al preguntar sobre los sentimientos asociados a la posibilidad de infectarse de hepatitis B o C, se observa que, a diferencia de lo que generalmente ocurre como otras ITS como el VIH, la mayor parte de las personas no asociaron la infección a sentimientos como vergüenza o culpa. Con relación a los sentimientos de vergüenza específicamente, el 72,9% de los entrevistados sostiene que está en desacuerdo con la posibilidad de sentir vergüenza si se infectase con hepatitis B y un 72,7% sostiene lo mismo con relación a la hepatitis C.

Por último, la mayor parte de los encuestados no perciben como riesgoso convivir o trabajar con alguien que tiene hepatitis B o C. Sin embargo, se observa una diferencia significativa entre ambos grupos: el 78,4% del personal de salud no lo percibe como riesgoso, mientras que este número desciende al 69,8% en población general. Cabe destacar que un 8,7% del personal del ámbito de salud sí considera riesgosa esta situación.

Estos datos resaltan la necesidad de diseminar información especialmente dirigida a público general con el objetivo de crear una mayor demanda a las pruebas de hepatitis C y a la vacuna de hepatitis B como una de las estrategias para reducir los nuevos casos de hepatitis crónica, cirrosis y cáncer de hígado en el país.

A los interesados en leer el informe completo pueden descargarlo desde ACÁ

 

 

 

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